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Leyenda
Una leyenda es una narración de hechos naturales, sobrenaturales o mezclados, que se transmite de generación en generación de forma oral o escrita. Generalmente, el relato se sitúa de forma imprecisa entre el mito y el suceso verídico, lo que le confiere cierta singularidad.
Se ubica en un tiempo y lugar que resultan familiares a los miembros de una comunidad, lo que aporta al relato cierta verosimilitud. En las leyendas que presentan elementos sobrenaturales, como milagros, presencia de criaturas férricas o de ultratumba, etc., estos se presentan como reales, pues forman parte de la visión del mundo propia de la comunidad en la que se origina la leyenda. En su proceso de transmisión a través de la tradición oral las leyendas experimentan a menudo supresiones, añadidos o modificaciones que expresan un estado extraño, surgiendo así todo un mundo lleno de variantes.
Se define a la leyenda como un relato folclórico con bases históricas.1 Una definición profesional moderna ha sido propuesta por el folclorista Timothy R. Tangherlini en 1990:2
"Típicamente, la leyenda es una narración tradicional corta de un solo episodio, altamente ecotipificada,3 realizada de modo conversacional, que refleja una representación psicológica simbólica de la creencia popular y de las experiencias colectivas y que sirve de reafirmación de los valores comúnmente aceptados por el grupo a cuya tradición pertenece".
Contrariamente al mito, que se ocupa de dioses,4 la leyenda se ocupa de hombres que representan arquetipos (tipos humanos característicos), como el del héroe o el anciano sabio, como se aprecia por ejemplo en las leyendas heroicas griegas y en las artúricas
Etimología e historia de la palabra
La palabra leyenda proviene del verbo latino legere, cuyo significado variaba entre escoger (acepción de la que proviene elegir) y leer.6 En el latín medieval, se usó el gerundivode este verbo, legenda, con el significado de (algo) para ser leído cuando el término se aplicaba, sobre todo en el catolicismo, a las hagiografías o biografías de los santos.7 Por ejemplo, Santiago de la Vorágine compuso su Legenda aurea como un santoral con la vida y milagros de unos 180 mártires y santos, aunque con tan poca precisión histórica yfilológica y con unas etimologías tan fantásticas que poco a poco fue perdiendo crédito, salvo entre pintores e ilustradores fascinados por su imaginación, que estimuló laiconografía. Él se fundaba en los evangelios canónicos, los apócrifos y en escritos de Agustín de Hipona y Gregorio de Tours, entre otros.8
Con la llegada de la Reforma Protestante del siglo XVI el término leyenda cobra su nuevo carácter de narración no histórica. Los protestantes ingleses presentan una nota de contraste entre los santos y mártires "reales" de la reforma, cuyos relatos "auténticos" figuraban en El libro de los mártires de John Foxe, y los fantasiosos relatos de la hagiografía católica.9 De esta forma, la leyenda gana su connotación moderna de narración indocumentada y espuria. Es muy probable que, en lengua española, la moderna concepción de leyenda y de lo legendario haya sido tomada de estos modelos ingleses, especialmente desde 1850.10
El término acaba englobando también a producciones literarias cultas que, aunque se inspiran en tradiciones populares o en motivos característicos de éstas, no son relatos tradicionales. Varios autores de este período escribieron leyendas literarias de este tipo tanto en prosa como en verso. Los más celebrados fueron el Duque de Rivas, José Zorrilla, Gustavo Adolfo Bécquer y José Joaquín de Mora.
Características
Una leyenda, a diferencia de un cuento, está ligada siempre a un elemento preciso y se centra en la integración de este elemento en el mundo cotidiano o la historia de la comunidad a la cual pertenece. Contrariamente al cuento, que se sitúa dentro de un tiempo («Érase una vez...») y un lugar (por ejemplo, en el Castillo de irás ya no volverás) convenidos e imaginarios, la leyenda se desarrolla habitualmente en un lugar y un tiempo preciso y real, aunque aparecen en ellas elementos ficticios (por ejemplo, criaturas fabulosas, como las sirenas).
Como el mito, la leyenda es etiológica, es decir, tiene como tarea esencial dar fundamento y explicación a una determinada cultura. Su elemento central es un rasgo de la realidad (una costumbre o el nombre de un lugar, por ejemplo) cuyo origen se pretende explicar.
Las leyendas se agrupan a menudo en ciclos alrededor de un personaje, como sucede con los ciclos de leyendas en torno alRey Arturo, Robin Hood, el Cid Campeador o Bernardo del Carpio.
Las leyendas contienen casi siempre un núcleo histórico, ampliado en mayor o menor grado con episodios imaginativos. La aparición de los mismos puede depender de motivaciones involuntarias, como errores, malas interpretaciones (la llamadaetimología popular, por ejemplo) o exageraciones, o bien de la acción consciente de una o más personas que, por razones interesadas o puramente estéticas, desarrollan el embrión original.
Cuando una leyenda presenta elementos tomados de otras leyendas se habla de «contaminación de la leyenda».
Clases de leyenda
Se pueden clasificar de dos formas:
Por su temática:
- Leyendas etológicas: aclaran el origen de los elementos inherentes a la naturaleza, como los ríos, lagos y montañas.
- Leyendas escatológicas: acerca de las creencias y doctrinas referentes a la vida de ultratumba.
- Leyendas religiosas: historias de justos y pecadores, pactos con el diablo, episodios de la vida de santos.
Por su origen:
- Leyendas urbanas: pertenecen al folklore contemporáneo, circulan de boca en boca, etc.
- Leyendas rurales: solo las leyendas válidas en el campo, porque no tienen lugar o adaptación para las urbanas.
- Leyendas locales: es una narración popular de un municipio, condado o provincia.
Algunas leyendas pueden llegar a ser clasificadas en más de un grupo, ya que por su temática abordan más de un tema. Un ejemplo de esto, sería una leyenda acerca de una supuesta manera de contactar con un ser querido ya fallecido, que podría ser clasificada tanto como leyenda urbana, como leyenda escatológica.
Las leyendas en España
Se mezclaron en la península ibérica tradiciones muy disímiles: célticas, ibéricas, romanas, visigodas, judías, árabes (y con los árabes, las tradiciones indias) en las más diversas lenguas.
Varias leyendas aparecen en el Romancero y, a través de él, en el teatro clásico español. Un verdadero vivero de leyendas es la obra de Cristóbal Lozano y la novela cortesanadel Barroco. Numerosos escritores eclesiásticos compilaron leyendas y tradiciones piadosas en distintas colecciones, la más conocida de las cuales, pero no la única, es el Flos sanctorum.
Pero a partir del siglo XIX los románticos empiezan a experimentar interés por recogerlas, estudiarlas o incluso imitarlas. En 1838 se publican ya unas Leyendas y novelas jerezanas; en 1869, 1872 y 1874 aparecen ediciones sucesivas de unas Leyendas y tradiciones populares de todos los países sobre la Santísima Virgen María, recogidas y ordenadas por una Sociedad Religiosa. En 1853 Agustín Durán, que había ya publicado los dos tomos de su monumental Romancero general o colección de romances castellanos (BAE, t. X y XVI), publicó la Leyenda de las tres toronjas del vergel de Amor. Ángel de Saavedra, duque de Rivas, cultiva el género de la leyenda en verso y Fernán Caballero traduce leyendas alemanas y compila y reúne colecciones de las españolas. Las de Gustavo Adolfo Bécquer, tanto las publicadas como las recopiladas póstumamente, son de las más expresivas en prosa, pero tampoco desmerecen las leyendas en verso de José Zorrilla y de José Joaquín de Mora. Tras Washington Irving, el arabista Francisco Javier Simonet publicó en 1858 La Alhambra: leyendas históricas árabes; José Lamarque de Novoa publicó Leyendas históricas y tradiciones (Sevilla, 1867);Antonia Díaz Fernández de Lamarque, Flores marchitas: baladas y leyendas (Sevilla, 1877); Manuel Cano y Cueto se ocupó de las leyendas sobre Miguel Mañara (1873), y a estos nombres habría que añadir otros muchos no menos importantes, como María Coronel, Josefa Ugarte y Casanz, Teodomiro Ramírez de Arellano, José María Goizuetaetcétera.
En 1914 el importante centro de estudios folclóricos que era entonces Sevilla auspició la traducción de La formación de las leyendas de Arnold van Gennep. En 1953 supuso un hito la aparición de la Antología de leyendas de la literatura universal por parte del filósofo Vicente García de Diego, con un denso y extenso estudio preliminar y una selección de las mejores leyendas españolas agrupadas por regiones, y de otros países de todo el mundo. La última contribución importante a estos estudios es sin duda la de Julio Caro Baroja, un gran estudioso de la literatura de cordel, De arquetipos y leyendas (Barcelona: Círculo de Lectores, 1989).
EL HUACAY - SIQUI
La referencia de este ser zoomorfo proveniene del norte de la provincia de Pichincha.
Según cuenta la historia, el huacay sinqui es un joven que tenia una madre muy enferma. El la cuidaba todas las noches, sin embargo una de esas noches se retiro de la compañía de su madre para comprar remedios, pero en el camino se topo con una muchacha de quien estaba enamorado, que precisamente lo invito a un baile, él erradamente aceptó olvidando completamente a su moribunda madre, entonces durante la fiesta se le acercaron para avisarle que su madre había fallecido, a lo que él respondió casi sin importancia "ya habrá tiempo de llorar". Así entonces como Tupa, el dios supremo, se enojo tanto con el, luego de ver su poco valor sentimental hacia su madre lo castigo convirtiéndole en una ave que llora durante las noches.
Según cuenta la historia, el huacay sinqui es un joven que tenia una madre muy enferma. El la cuidaba todas las noches, sin embargo una de esas noches se retiro de la compañía de su madre para comprar remedios, pero en el camino se topo con una muchacha de quien estaba enamorado, que precisamente lo invito a un baile, él erradamente aceptó olvidando completamente a su moribunda madre, entonces durante la fiesta se le acercaron para avisarle que su madre había fallecido, a lo que él respondió casi sin importancia "ya habrá tiempo de llorar". Así entonces como Tupa, el dios supremo, se enojo tanto con el, luego de ver su poco valor sentimental hacia su madre lo castigo convirtiéndole en una ave que llora durante las noches.
Accidente en un Abismo
En un lugar de la Sierra Ecuatoriana donde la carretera circula entre montañas y grandes abismos, un matrimonio con su hijo avanzaban con cautela en el coche. Era una noche con mucha niebla y el viaje era muy peligroso.
Regresaban de un viaje en la montaña y se dirigían a su casa por una carretera, poco transitada. De pronto se les apareció una mujer en medio de la carretera con el cuello y la ropa llenos de sangre gritando para que parasen. La familia paró y el marido se bajó del coche. Entonces habló con la mujer que, muy alterada y llorando, le dijo que habían tenido un accidente y que se habían caído con el coche por el barranco. La mujer le rogó que la ayudara, que tenía un bebé y se había quedado atrapado entre los hierros del coche, que bajara y lo sacara de allí.
Regresaban de un viaje en la montaña y se dirigían a su casa por una carretera, poco transitada. De pronto se les apareció una mujer en medio de la carretera con el cuello y la ropa llenos de sangre gritando para que parasen. La familia paró y el marido se bajó del coche. Entonces habló con la mujer que, muy alterada y llorando, le dijo que habían tenido un accidente y que se habían caído con el coche por el barranco. La mujer le rogó que la ayudara, que tenía un bebé y se había quedado atrapado entre los hierros del coche, que bajara y lo sacara de allí.
EL SANTO DESCALZO
En el Año 1910, los vecinos de San Roque se sorprendían de ver caminando por sus calles a un caballero alto, distinguido de ojos azules y barba rubia que solía vestir humildemente y caminar descalzo. Durante muchos años ocupó una tiendita oscura y húmeda que quedaba en la calle Rocafuerte, frente a la iglesia del barrio.
En aquel cuarto tan austero, este singular personaje montó una zapatería con una mesa y unas pocas hormas, planchas de machacar, suelas y otros artículos necesarios para ejercer el oficio de zapatero remendón. Dos muchachitos sanroqueños ayudaban al extraño zapatero y además de aprender el oficio, ganaban un peso diario más comida, una remuneración que era casi una fortuna para aquella época en que se compraba un huevo por un calé y una gallina ponedora por seis reales.
Toda bondad y gentileza era el "zapatero descalzo" como lo empezó a llamar la barriada. Cobraba muy barato y cuando el cliente era pobre, no le cobraba nada. Fue por eso que la gente le comenzó a conocer después como "El Santo Descalzo".
Los vecinos de Quito veían con ojos incrédulos como todos los domingos el zapatero dejaba su taller a las ocho de la mañana vestido con chaqueta, chaleco de fantasía, camisa con botones de perlas, gemelos de oro en los puños y un bastón con empuñadura de marfil y plata. Pero tanta elegancia contrastaba con sus pies siempre descalzos.
Parecía que llegaba al éxtasis. Oía la santa misa con gran devoción y en muchas ocasiones lo vieron llorar.
En aquel cuarto tan austero, este singular personaje montó una zapatería con una mesa y unas pocas hormas, planchas de machacar, suelas y otros artículos necesarios para ejercer el oficio de zapatero remendón. Dos muchachitos sanroqueños ayudaban al extraño zapatero y además de aprender el oficio, ganaban un peso diario más comida, una remuneración que era casi una fortuna para aquella época en que se compraba un huevo por un calé y una gallina ponedora por seis reales.
Toda bondad y gentileza era el "zapatero descalzo" como lo empezó a llamar la barriada. Cobraba muy barato y cuando el cliente era pobre, no le cobraba nada. Fue por eso que la gente le comenzó a conocer después como "El Santo Descalzo".
Los vecinos de Quito veían con ojos incrédulos como todos los domingos el zapatero dejaba su taller a las ocho de la mañana vestido con chaqueta, chaleco de fantasía, camisa con botones de perlas, gemelos de oro en los puños y un bastón con empuñadura de marfil y plata. Pero tanta elegancia contrastaba con sus pies siempre descalzos.
Parecía que llegaba al éxtasis. Oía la santa misa con gran devoción y en muchas ocasiones lo vieron llorar.
MAMA GUADA
En esta Cuenca maravillosa, afortunada por su entorno y su gente, vivía una mujer, propietaria de una cantina apartada, a quién llamaban Mama Guada.
Sin duda representa nuestro motivo de orgullo y complacencia, debido a que de acuerdo a lo que cuentan nuestros abuelos, fue la única persona que ha existido en este mundo que pudo engañar al diablo.
Ante la incredulidad de las personas y según la leyenda, el diablo siempre está detrás de cada persona. A nuestras espaldas, acechándonos, astuto y rápido para esconderse y desaparecer, cuando nos damos la vuelta; burlándose de esta manera de cada mortal.
Este personaje siniestro, por doquier acudía a este mundo, para llevarse las almas de los pecadores.
Mama Guada, que sospechaba de las habilidades del diablo y que conocía sus intenciones, un día se dio cuenta que el mismo se encontraba cerca de su cantina; en búsqueda del alma perdida de un hombre que ya bebía aguardiente algunos días y que había abandonado su casa.
Sin duda representa nuestro motivo de orgullo y complacencia, debido a que de acuerdo a lo que cuentan nuestros abuelos, fue la única persona que ha existido en este mundo que pudo engañar al diablo.
Ante la incredulidad de las personas y según la leyenda, el diablo siempre está detrás de cada persona. A nuestras espaldas, acechándonos, astuto y rápido para esconderse y desaparecer, cuando nos damos la vuelta; burlándose de esta manera de cada mortal.
Este personaje siniestro, por doquier acudía a este mundo, para llevarse las almas de los pecadores.
Mama Guada, que sospechaba de las habilidades del diablo y que conocía sus intenciones, un día se dio cuenta que el mismo se encontraba cerca de su cantina; en búsqueda del alma perdida de un hombre que ya bebía aguardiente algunos días y que había abandonado su casa.
EL CRISTO DE LA AGONIA
Cuenta la historia que Miguel de Santiago un famoso pintor indio de la escuela Quiteña hizo pintar a Jesús en Agonía hasta que cierto día hizo desnudar a uno de sus alumnos y lo crucificó.
Mientras pintaba le preguntó al alumno sufres, y el le respondio no, cuando segado de ira lo atravesó con una lanza y continuo con el cuadro, olvidando por completo el dolor del que agonizaba mientras se decia Bien Miguel, maravilloso maestro, así.
Mientras pintaba le preguntó al alumno sufres, y el le respondio no, cuando segado de ira lo atravesó con una lanza y continuo con el cuadro, olvidando por completo el dolor del que agonizaba mientras se decia Bien Miguel, maravilloso maestro, así.
ETSA (LEYENDA SHUAR)
Etsa, en el idioma de los shuar, quería decir Sol, el valiente Sol, el generoso Sol de sus antepasados.
El abuelo Arútam -que en shuar quiere decir Poderoso Espíritu Tigre de la mañana- mientras caminaba por la selva, entre gigantescos matapalos y frondosos copales, chambiras y pitajayas, relataba a los niños de qué manera el luminoso Etsa le devolvió la vida a los pájaros.
SOBRENATURAL DE ZHIRO
Se trata de un ser imaginario, en el que creen los mestizos de la provincia del Azuay y Loja. El Zhiro tiene la apariencia de un gran mono antropomorfo, con el cuerpo recubierto de bastante pelo. Posee unos brazos larguísimos y los pies a la vez.
El Zhiro habita en los bosques montañosos de las estribaciones andinas y acostumbran a perseguir a niños, mujeres y hombres que se extravían en el monte.
A las mujeres las rapta y las convierte en sus esposas, llevándolas a vivir en los lugares más apartados de su territorio. Los individuos que son acosados por el Zhiro no obstante pueden acudir a una estrategia para salvarse de él. Estos deben sacarse el pantalón, y abandonarlo para que el Zhiro lo recoja.
Este intentando ponérselo se confundirá, entreteniéndose en resolver el problema, tiempo que aprovechan los perseguidos para huir del lugar.
El nombre de este ser proviene de una palabra quichua usada en Cañar y Azuay: “zhiru” que se utiliza para aludir a un color no definido asociado por lo general con el gris.
Dicho color parece representar el incesto, en tanto es el resultado del negro y el blanco, colores que representan una opción cromática fundamental y que en el pensamiento andino tiene un contenido moral.
El color zhiru por tanto, confunde y desorganiza la disyunción cromática y moral básica. Une lo que moralmente no debe unirse.
El Zhiro habita en los bosques montañosos de las estribaciones andinas y acostumbran a perseguir a niños, mujeres y hombres que se extravían en el monte.
A las mujeres las rapta y las convierte en sus esposas, llevándolas a vivir en los lugares más apartados de su territorio. Los individuos que son acosados por el Zhiro no obstante pueden acudir a una estrategia para salvarse de él. Estos deben sacarse el pantalón, y abandonarlo para que el Zhiro lo recoja.
Este intentando ponérselo se confundirá, entreteniéndose en resolver el problema, tiempo que aprovechan los perseguidos para huir del lugar.
El nombre de este ser proviene de una palabra quichua usada en Cañar y Azuay: “zhiru” que se utiliza para aludir a un color no definido asociado por lo general con el gris.
Dicho color parece representar el incesto, en tanto es el resultado del negro y el blanco, colores que representan una opción cromática fundamental y que en el pensamiento andino tiene un contenido moral.
El color zhiru por tanto, confunde y desorganiza la disyunción cromática y moral básica. Une lo que moralmente no debe unirse.
POSORJA
Nombre de una célebre pitonisa huancavilca. La leyenda de Posorja muy popular en la colonia y a inicios de la vida republicana, cuenta que la vidente apareció de pronto frente a las costas de la península de Santa. Elena, precisamente en el sitio en el que actualmente se ubica la población del mismo nombre. Llegó en un pequeña nave de madera más liviana que la balsa cuando era solamente una criatura. La niña era de rasgos blancos y venía envuelta en unas finas mantas de algodón que tenían estampados unos intrincados jeroglíficos; llevaba además en su pecho, como colgante un caracol pequeño y finamente labrado.
CARBUNCO
Se trata de un animal fabuloso, propio de la Sierra de nuestro país. En las zonas del centro y el norte de esta región se lo describe como el perro del diablo, que tiene un lucero en la mitad de su frente y ojos de fuego que paralizan a cualquiera que lo vea.
Aparece ocasionalmente en las noches oscuras y en los lugares solitarios.
La persona que se llegue a encontrar con este ser, puede resultar favorecida, pues quienes conocen de esta leyenda cuentan que el Carbunco entrega y vomita una bola de oro incrustada de piedras preciosas… pero, quien recibe estas alhajas no debe mostrarse ambicioso, porque si lo hace –de inmediato- el Carbunco lo descubre, quita el tesoro y se lo traga, desapareciendo inmediatamente en la oscuridad, mientras que la persona que se mostró ambiciosa puede quedar ciega o paralizada.
Aparece ocasionalmente en las noches oscuras y en los lugares solitarios.
La persona que se llegue a encontrar con este ser, puede resultar favorecida, pues quienes conocen de esta leyenda cuentan que el Carbunco entrega y vomita una bola de oro incrustada de piedras preciosas… pero, quien recibe estas alhajas no debe mostrarse ambicioso, porque si lo hace –de inmediato- el Carbunco lo descubre, quita el tesoro y se lo traga, desapareciendo inmediatamente en la oscuridad, mientras que la persona que se mostró ambiciosa puede quedar ciega o paralizada.
En la Casa 1028
Había una vez una niña llamada Bella Aurora.
Era hija de padres ricos y cariñosos. En aquel tiempo la Plaza de la Independencia no tenía el monumento a la Libertad, sino una pila al centro. Allí se realizó una gran corrida de toros.
En segundo lugar salió un toro negro. Luego de mirar a su alrededor se acercó lentamente hacia Bella Aurora, quien se desmayó del susto. Sus padres la llevaron a curarla del espanto.
LA CAJA RONCA
Había una vez en San Juan Calle un chiquillo curioso que quería saber en qué sueñan los fantasmas. Pues este pequeño había escuchado sobre unos aparecidos que merodeaban en las noches de Ibarra, sin que nadie supiera quiénes eran, pero que de seguro no pertenecían a este Mundo.
-¡Ay Jesús!, decía Carlos, ojalá no salgan la noche en que tengo que regar la chacra. Sin embargo, este muchacho de 11 años era tan preguntón que se enteró que las almas en pena vagaban a medianoche para asustar a todos los que salían. Estos seres, según decían, penaban porque dejaron enterrados fabulosos tesoros y hasta que alguien los encontrara no podían ir al cielo.
-¡Ay Jesús!, decía Carlos, ojalá no salgan la noche en que tengo que regar la chacra. Sin embargo, este muchacho de 11 años era tan preguntón que se enteró que las almas en pena vagaban a medianoche para asustar a todos los que salían. Estos seres, según decían, penaban porque dejaron enterrados fabulosos tesoros y hasta que alguien los encontrara no podían ir al cielo.
LA OLLA DEL PANECILLO
Se dice que en Quito había una mujer que todos los días llevaba su vaquita al Panecillo para que pudiera comer ya que no tenía un potrero donde llevarla.
Un buen día, mientras recogía un poco de leña, dejó a la vaquita cerca de la olla pero a su regreso ya no la encontró. Muy asustada, se puso a buscarla por los alrededores.
Pasaron algunas horas y la vaquita no aparecía. En su afán por encontrarla, bajó hasta el fondo de la misma olla y su sorpresa fue muy grande cuando llegó a la entrada de un inmenso palacio.
Cuando pudo recuperarse de su asombro, miró que en un lujoso trono estaba sentada una bella princesa que al ver allí a la humilde señora, le preguntó sonriendo:
Un buen día, mientras recogía un poco de leña, dejó a la vaquita cerca de la olla pero a su regreso ya no la encontró. Muy asustada, se puso a buscarla por los alrededores.
Pasaron algunas horas y la vaquita no aparecía. En su afán por encontrarla, bajó hasta el fondo de la misma olla y su sorpresa fue muy grande cuando llegó a la entrada de un inmenso palacio.
Cuando pudo recuperarse de su asombro, miró que en un lujoso trono estaba sentada una bella princesa que al ver allí a la humilde señora, le preguntó sonriendo:
BRUJAS SOBRE IBARRA
Más arriba, aún, el parque de Ibarra era un minúsculo tablero de ajedrez sin alfiles, donde destacaba el añoso Ceibo, plantado tras el terremoto del siglo XIX y que –según decían- sus ramas habían caminado una cuadra entera. La noche caía plácida sobre la enredaderas y la luna parecía indolente a las sombras que pasaban, pero que no podían ser reflejadas en las piedras. ¿Quiénes miraban a Ibarra dormida? ¿Quiénes tenían el privilegio de contemplar sus paredes blanquísimas engalanadas con los fulgores de la luna? ¿Quiénes pasaban en un vuelo rasante como si fueran aves nocturnas? ¿Quiénes se sentaban cerca de las campanas de la Catedral a mirar los tejuelos verdes y las copas de los árboles?
Todas noticias importantísimas que –de no ser por las voladoras- hubieran llegado desgastadas. Pero, a diferencia de lo que se cree de las brujas, que van en escoba, llevaban un traje negro y tienen la nariz puntiaguda, las del sector norteño ecuatoriano poseían trajes blanquísimos y tan almidonados que eran tiesos. Por eso cuando las voladoras pasaban los pliegues de sus vestidos sonaban mientras cortaban el viento. Algunos las tenían localizadas. Por eso cuando pasaban por encima de las casas, existían los atrevidos que se acostaban en cruz y con esta fórmula las brujas caían al suelo.
Todas noticias importantísimas que –de no ser por las voladoras- hubieran llegado desgastadas. Pero, a diferencia de lo que se cree de las brujas, que van en escoba, llevaban un traje negro y tienen la nariz puntiaguda, las del sector norteño ecuatoriano poseían trajes blanquísimos y tan almidonados que eran tiesos. Por eso cuando las voladoras pasaban los pliegues de sus vestidos sonaban mientras cortaban el viento. Algunos las tenían localizadas. Por eso cuando pasaban por encima de las casas, existían los atrevidos que se acostaban en cruz y con esta fórmula las brujas caían al suelo.
LA LEYENDA DE LOS GUACAMAYAS
En tiempos remotos las tierras de lo que hoy son las provincias de Azuay, y Cañar estaban pobladas por los Cañaris.
Cuentan los viejos que un tremendo diluvio inundó la tierra, de manera que no quedaron mas que dos sobrevivientes: dos hermanos varones que alcanzaron a subir a la cumbre de una montaña y guarecerse en una cueva que estaba en lo mas alto.
Día y noche continuaban las lluvias, pero no alcanzaban la cumbre, porque las montañas se elevaban sobre el nivel de las aguas.
Al fin, después de muchos días, dejo de llover y un hermoso arco iris apareció en el cielo.
Los dos hermanos se encontraron solos en un mundo totalmente despoblado y silencioso. Tenían mucha hambre, pero no había nada para comer.
Cuentan los viejos que un tremendo diluvio inundó la tierra, de manera que no quedaron mas que dos sobrevivientes: dos hermanos varones que alcanzaron a subir a la cumbre de una montaña y guarecerse en una cueva que estaba en lo mas alto.
Día y noche continuaban las lluvias, pero no alcanzaban la cumbre, porque las montañas se elevaban sobre el nivel de las aguas.
Al fin, después de muchos días, dejo de llover y un hermoso arco iris apareció en el cielo.
Los dos hermanos se encontraron solos en un mundo totalmente despoblado y silencioso. Tenían mucha hambre, pero no había nada para comer.
LA LLORONA
'La llorona' es una mujer alta y estilizada cuyo atuendo es de color blanco, aunque no es posible distinguir sus rasgos faciales.
'La llorona' es una mujer alta y estilizada cuyo atuendo es de color blanco, aunque no es posible distinguir sus rasgos faciales. Los relatos populares, la describen también como una mujer sin pies, en efecto, parece desplazarse por el piso sin rozarlo.
El mito de 'la llorona' afirma que su eterno penar se debe a que busca a un hijo recién nacido que asesinó arrojándolo al río para ocultar un pecado. Y en esta línea, es parte de su penitencia, castigar a los muchachos que andan de amores prohibidos: se sube a sus caballos y puede llegar a matarlos en un helado abrazo mortal.
'La llorona' es una mujer alta y estilizada cuyo atuendo es de color blanco, aunque no es posible distinguir sus rasgos faciales. Los relatos populares, la describen también como una mujer sin pies, en efecto, parece desplazarse por el piso sin rozarlo.
El mito de 'la llorona' afirma que su eterno penar se debe a que busca a un hijo recién nacido que asesinó arrojándolo al río para ocultar un pecado. Y en esta línea, es parte de su penitencia, castigar a los muchachos que andan de amores prohibidos: se sube a sus caballos y puede llegar a matarlos en un helado abrazo mortal.
MARIANGULA
La historia cuenta sobre una niña de una edad de 14 años, su madre vendía tripa mishqui, (es una comida tradicional que son tripas de res y se las pone sobre un brasero con carbón caliente para que vaya cociéndose lentamente, de los cual bota un aroma penetrante), esto se lo vende en una de las esquina de la ciudad colonial en Quito.
En una ocasión la madre de Mariangula mandó a comprar tripas, pero como esta niña era muy inquieta se fue a jugar con sus amigos e hizo caso omiso al mandado de su madre y para colmo se gastó el dinero para la compra de las tripas.
La niña preocupada por lo sucedido se imaginaba que su madre le iba a pegar.
Entre la preocupación de la Mariangula que caminaba por las calles paso por el cementerio, y se le ocurrió la macabra idea de sacarle las tripas de uno de los muertos que recién lo habían enterrado las sacó y las llevo a su mamá para que las vendiera y en efecto logro su objetivo para no ser castigada, las tripas se vendieron muy bien cosa que a todo el que compraba le gusto y en algunos casos se repitieron.
En una ocasión la madre de Mariangula mandó a comprar tripas, pero como esta niña era muy inquieta se fue a jugar con sus amigos e hizo caso omiso al mandado de su madre y para colmo se gastó el dinero para la compra de las tripas.
La niña preocupada por lo sucedido se imaginaba que su madre le iba a pegar.
Entre la preocupación de la Mariangula que caminaba por las calles paso por el cementerio, y se le ocurrió la macabra idea de sacarle las tripas de uno de los muertos que recién lo habían enterrado las sacó y las llevo a su mamá para que las vendiera y en efecto logro su objetivo para no ser castigada, las tripas se vendieron muy bien cosa que a todo el que compraba le gusto y en algunos casos se repitieron.
¿HASTA CUANDO PADRE ALMEIDA?
Cuenta la leyenda que Manuel de Almeida Capilla, hijo de don Tomas de Almeida y doña Sebastiana Capilla, ingreso a los 17 años de edad a la Orden de los Franciscanos. Sus devaneos temporales tuvieron un punto final, cuando el Cristo de la Sacristía del Convento de San Diego, sobre el que se encaramaba para alcanzar la ventana por la cual escapaba a sus juergas nocturnas, puso fin con su famosa frase: ¡Hasta cuando Padre Almeida!.
Nuevamente enrumbado en las normas religiosas a las que se había comprometido, llego a ser Maestro de Novicios, Predicador, Secretario de Provincia y Visitador General de la Orden de los Franciscanos. Pero la historia de este personaje es mas larga y pintoresca, aparentemente ingresó al Convento de los franciscanos más que por una verdadera vocación, por un desengaño amoroso. Tan grande debió haber sido su decepción que decidió abandonar su vida ociosa y entrego todos los bienes que le correspondían por herencia a las otras dos mujeres de su vida: su madre y su hermana.
Sin embargo, el encierro y la oración hicieron poco para vencer sus ímpetus juveniles. Pronto la tentación llamo a su celda en la forma de un compañero de encierro que le converso sobre sus evasiones nocturnas para visitar a unas damiselas de la vida alegre que se prestaban a compartir sus encantos con los buscadores de aventuras.
Nuevamente enrumbado en las normas religiosas a las que se había comprometido, llego a ser Maestro de Novicios, Predicador, Secretario de Provincia y Visitador General de la Orden de los Franciscanos. Pero la historia de este personaje es mas larga y pintoresca, aparentemente ingresó al Convento de los franciscanos más que por una verdadera vocación, por un desengaño amoroso. Tan grande debió haber sido su decepción que decidió abandonar su vida ociosa y entrego todos los bienes que le correspondían por herencia a las otras dos mujeres de su vida: su madre y su hermana.
Sin embargo, el encierro y la oración hicieron poco para vencer sus ímpetus juveniles. Pronto la tentación llamo a su celda en la forma de un compañero de encierro que le converso sobre sus evasiones nocturnas para visitar a unas damiselas de la vida alegre que se prestaban a compartir sus encantos con los buscadores de aventuras.
LA VIUDA ALEGRE
En los días en los que la energía eléctrica era un extraño y raro fenómeno, décadas atrás, pasadas las altas horas de la noche, cuenta el vulgo qué, metido en la oscuridad, en medio de las callejuelas angostas y adoquinadas, aparecía a lo lejos el resplandor de la luz ávida, intermitente de un farol.
Moviéndose con insistencia, lujuria, de un costado a otro, agarrado de las manos bellas, pálidas y misteriosas de la "Viuda Alegre".
Adelante de sus pasos apresurados y del perfil hermoso, sensual, esbelto y sutil de quien también llamaban la "Viuda Negra", que se tapaba con un velo, escondiendo su rostro en la oscuridad de la noche.
Cubierta de un traje negro caminaba seductoramente, dispuesta a lograr una nueva conquista… para el camino a la locura o a la muerte. Los caballeros de aquel tiempo temerosos se escondían o corrían…
Moviéndose con insistencia, lujuria, de un costado a otro, agarrado de las manos bellas, pálidas y misteriosas de la "Viuda Alegre".
Adelante de sus pasos apresurados y del perfil hermoso, sensual, esbelto y sutil de quien también llamaban la "Viuda Negra", que se tapaba con un velo, escondiendo su rostro en la oscuridad de la noche.
Cubierta de un traje negro caminaba seductoramente, dispuesta a lograr una nueva conquista… para el camino a la locura o a la muerte. Los caballeros de aquel tiempo temerosos se escondían o corrían…
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